“Infancia y Juventud” por Manuel Antonio Noriega — (15/10/2009)
🎙️Podcast
“Infancia y Juventud” por Manuel Antonio Noriega
15 de octubre, 2009
Nací el martes del carnaval; cuando los carros de las comparsas comenzaban a desfilar. Doña Maria Felix Ofelia Moreno Mejía era llevada urgente a la maternidad para dar a luz su primogénito; nacido de la union soltera con el contador publico Don Ricaurte Tomas Noriega.
El Sr. Noriega personalmente inscribió a su hijo con el nombre de su padre Manuel Antonio Noriega Escala; quien era abogado graduado en Bogota, Colombia, y había sido General de las Fuerzas Liberales en la guerra contra los conservadores, llamada “La Guerra de los Mil Dias”.
Por razones de orgullo de mujer, Doña Maria Felix Ofelia Moreno Mejia, al año de su hijo se regreso a su hogar familiar a la ciudad de Yaviza, del Darien, provincia selvática frontera con Colombia.
Se instalo en la casona familiar de su madre Narcisa Mejia y comienza a trabajar la tierra. Trajo a vivir con ella dos hijas de sus hermanos y adopto a un niño indígena Kuna, de los que abundaban en esa region productiva de plátano, caucho, frutales, aguacate, minas de oro; en un area de confluencia de mercado, donde los Rios Chucuaque y Tuira se unían en una “Y”; y daban valor a un mercado selvático, donde llegaban los barcos mercantes de Panama y grandes canoas o piraguas de las regiones fronterizas de Colombia.
Era un area cosmopolita de aventureros nacionales y extranjeros que hacían trueque y compra desde arroz, cacao, maíz, yuca, plátano, carne ahumada de animales de montes, pieles de tigres, pumas. Se veían extranjeros como Alemanes que explotaban las minas de Cana; Belgas, Franceses que compraban “la raicilla”, eucalipto, y otros productos de botánica.
Allí llego una maestra señorita soltera, Luisa Gabriela Sanchez, quién amisto con Doña Maria Felix y le cuidaba al niño mientras la Doña atendía sus labores agrícolas comerciales. Yaviza era una estampa de la lírica del Macondo.
La maestra Luisa llevaba diariamente a sus labores y clases escolares a Tony Noriega y así de 2 y 3 años en el salon de clase con los otros alumnos garrapateaba sobre las paginas que Luisa le ponía en su banco de clase y aprendió idioma y escritura.
Semanalmente el barco “La Victoria” de la compañía de vapores de la familia Quintero-Noriega le llevaban a Tony medicinas, cereales, ropa, y alimentos que enviaba su padre Ricaurte, y eran llevados por el otro hijo de Ricaurte, Tomas.
A los tres (mas) años de Tony, su madre cae enferma del paludismo propio de la region; y débil autoriza a la maestra Luisa, que ya era madrina de Tony, a que se lo lleve a la capital donde había sido trasladada.
La enfermedad de mi madre se complica, mi padre le da custodia de mi a tu tia materna Regina, que tenia dos hijos Yolanda y Alcides. Allí asiste a la escuela primaria “Republica de Mexico” al lado del Palacio Presidencial.
El nuevo habitat era el barrio entre la presidencia de la Republica, la plaza 2 de enero, la rampa del muelle fiscal frente a la bahía de Panama y el “Terraplén” del mercado las frutas y el otro muelle fiscal, al lado del original gimnasio del “Marañon”.
Gradué primaria e ingrese por alto puntaje al Instituto Nacional, escuela secundaria, elite de estudios y de cuna nacionalista y patriótica, llamada “El Nido de Aguilas”. En el 3er año gane una beca interna para vivir en el internado de varones. Allí conocí diferentes, valiosos y nuevos compañeros de otros lugares del interior de Panama (Las Tablas, Penonomé, Chitré, Veraguas, Chiriqui)
El instituto Nacional estaba situado en la antigua area frente a la original Ave. 4 de julio; frente al muro que dividía e impedía el paso de ciudadanos que no fueran “gold roll”, zonian, o blancos.
Esa acera era cuidada por una patrulla armada de Military Police (Policía militar). Cada vez que había conflictos politicos terminaban y repercutían en el enfrentamiento de estudiantes y la U.S. Military Police. Desde el internado de varones frente a la 4 de julio se lanzaba piedras a los soldados y estas respondían con bombas lacrimógenas.
En el Instituto Nacional aprendi no solo las materias académicas de Bachiller en Ciencias, sino política, oratoria, doctrina, etc. Termine el Bachillerato en Ciencias, entre a trabajar al Hospital Santo Tomas, de Técnico de Laboratorios Clínicos y Radiológicos, hice los cursos correspondientes y ya ganaba dinero. Quería seguir en medicina en la Universidad Nacional pero las clases eran diurnas y a tiempo completo.
Mi hermano Luis Carlos me postulo para ingresar a la Escuela Militar de Chorrillos de prestigio y elite del ejercito Peruano, era una universidad que permitía continuar estudios especializados posteriores en otras universidades del Peru, en San Marcos, escuela de medicina de ingeniería. Graduado ya de ingeniero militar en cinco años, continue con una especialidad de cartografía, en el International Geodetic Service. Trabaje en la cartográfica de Panama, area Península de Azuero, colocamos un mareógrafo en Punta Guanico. Hicimos la carretera de Chitre a Tonosi pasando por la intransitable “La Loma La Zaina”. Bajo agua, sol, oscuridad, mediamos y marcábamos los puntos cartográficos en los controles horizontales y verticales, junto con profesionales ingenieros de campo, recién graduados.
En los carnavales, durante un viaje a la ciudad de Colon, siendo ingeniero de cartografía del Servicio Geodésico, por razones del destino e imprevistas conocí al Mayor Omar Torrijos que era el jefe militar de la Guardia Nacional de Colon. Hablamos de temas generales y me ofreció que trabajara con él en Colon. La conversación quedo allí; regresé a Tonosi a mi cartografía, y se me olvido el incidente.
Un dia recibí un telegrama de la comandancia de la Guardia Nacional, firmado por el 2nd Comandante Coronel Pinilla para que me presentara a su despacho.
Viaje y comunicaron el nombramiento de Subteniente en la zona norte provincia de Colon bajo el mando del Mayor Omar Torrijos.
Iba a ganar $120 a diferencia de los $650 y mas tiempo extra de trabajo en el campo fuera de horario. En la Guardia Nacional tenia comida y vestuario gratis, con dormitorio, mando y jurisdicción.
Ya en la escuela militar de Chorrillos Peru, me llene del espíritu del soldado peruano: peleador de batallas por su soberanía contra los Chilenos, Ecuatorianos, Colombianos, viniendo de la lucha de la independencia de España, al mando de los heroes Bolivar, Sucre, San Martin, era suficiente para mantener el ideal militar y sobrepasar la añoranza del medico. La escuela era una Universidad académica, no solo el pensum militar teorico-practico de fortalecimiento mental, físico, resistencia a las inclemencias del clima: desierto de arena, selva, glaciares fríos, montañas Los Andes Peruanos, cruzados por Bolivar para derrotar a los españoles. Y las materias culturales, históricas, literarias de grandes profesores y escritores peruanos. Allí estaba la flor y nata de la cultura Latinoamericana, con un Centro de Instrucción Militar de 200 millas; bellos edificios ornamentales, patios con losas de mármol, bibliotecas, club de cadetes, bailes semanales, etc. Me sentía en las nubes, mi ego era a mil.
Panama, subdesarrollado con una organización militar por hacer, con un grupo pequeño de oficiales superiores como Torrijos de rango de mayor que ya en 1962 sentían la deferencia de clases y soñaban con transformar la institución, sin atreverse a hablar por miedo al poder de la aristocracia que comandaba y mandaba la institución.
Colon era una ciudad canalera, gringuera, el gobernador yanqui, era el amo señor del area. Era una ciudad de corrupción, juegos, casinos, cabarets, puteria (barata y cara), la marinada yanqui se tomaba las calles después de las 6 de la noche, borrachos y regando dólares de bar en bar.
Los oficiales jóvenes gozamos de ese ambiente en la cara de las artistas internacionales de los cabarets estilo Paris, Argentina, USA; pero teníamos el control social juvenil de la población colonense estudiantes o trabajadores de la Zona Libre o de los Fuertes Militares Yanquis en areas de “no trespassing” y de “gold roll y silver roll”- blancos y negros.
Colon era una ciudad corrupta de drogas, juegos, trampa, robos, contrabando, prostitución (igual que el New York de las películas) sobre un guetto de miseria, pobreza, enfermedades, gente sin futuro. Un peligro para un oficial recién graduado.
Torrijos es cambiado a Chiriquí y el me incluye en sus oficiales para el cambio. El cambio era ir del infierno al cielo: ciudad de agricultura, campesina, habitantes blanco que veían raro a los “negros cocobolos” que llegaron con el nuevo mayor. El día comenzaba a las 5AM y terminaba a las 5PM. La noche caía con un silencio de puertas cerradas y luces titilantes; con ruidos esporádicos con motores de carros que se movían hacia la carretera Panamericana que iba para Costa Rica. Cantinas viejas metidas alrededor del Mercado o los llamados “jorones” que vendían comidas y licor que de noche agonizaban con el reloj.
David tenia una extension universitaria y me inscribí allí para coger cualquier materia y pasar el tiempo.
Como yo era jefe de transito y transporte terrestre alternaba con los comerciantes y clase media alta de la sociedad chiricana que era racista, extremista, conservadora, y que era el lugar ideal de visita y distinción de los jefes politicos y militares de la época.
Los chiricanos tenían haciendas, ganado, y muchos recursos económicos. La clase alta, y una clase media de profesionales, educadores, medicos, que trabajaban en las clínicas de los doctores ricos del area.
Mi cultura, don de gente, y conocimientos me abrieron las puertas de muchas familias tradicionales. Mi don de conversación me facilito misiones duras, con ciudadanos poderosos y con humildes campesinos, obreros, sindicalistas, en sus problemas y conflictos laborales.
Chiriquí era una provincia dura por sus jefes politicos y porque era una población que odiaba al gobierno y a los militares. Las autoridades judiciales eran enemigas de los uniformados; había que estar con mucho cuidado; a diferencia de Colon no se podia vivir en “juerga”.
Conocí a Felicidad, maestra de la escuela detrás del cuartel, porque era la “niña moza” de la ciudad. Papá español de genio agrio, cazador, con una tienda de abarrotes estilo supermercado en el barrio.
Ella con un carrito blanco Hilman, era la atracción de jóvenes, viejos, profesionales, porque era blanca como la leche, pelo negro, seria que llegaba algo malcriada y creída. Cuando pasaba en su carro por el cuartel el “guao, fiu fiu” se oía.
No le hablaba a nadie, hasta que chocó su carro y me conoció a mí; pero fue a arreglar el caso con su Mama de chaperona. El proceso de casamiento amerita una conversación aparte; pues allí hay un par de detalles o anécdotas cuartelarias de disciplina, etc.
Buena fortuna, bendición,
MAN.